Súper 8 (2011), de J. J. Abrams.
Súper 8 (2011). EE UU. Género: Comedia dramática y ciencia-ficción. Duración: 112 minutos. Dirección: J. J. Abrams. Intérpretes: los chicos Joel Courtney, Elle Fanning, Riley Griffiths, Ryan Lee, Gabriel Basso y Zach Mills; y los adultos Kyle Chandler, Ron Eldard, Noah Emmerich, David Gallagher. Guión: J. J. Abrams. Producción: Steven Spielberg. Montaje: Maryann Brandon, Mary Jo Markey. Fotografía: Larry Fong. Música: Michael Giacchino.
Trama. En 1979, en una época de crisis económica, seis niños de un pueblo siderúrgico de Ohio realizan una película casera de ‘zombies’ en formato Súper 8 para presentarla en un festival ‘amateur’. Mientras la graban un tren descarrila y algo sale de un vagón, lo que inicia unos hechos sorprendentes, desde robos y desperfectos sospechosos hasta desapariciones de personas. El ayudante del sheriff, Jackson Lamb, y su hijo Joe sufren por la añoranza de un ser querido, al tiempo que investigan los hechos y los chicos protagonistas se enfrentan a sus miedos y a sus primeras experiencias como adolescentes, como la primera vocación y el primer amor.
Opinión.
Súper 8 no será reconocida como una película fundamental en su género, pero sin ser genial sí tiene suficientes momentos notables para merecer su visión, pues se alimenta del mejor cine de fantasía y ciencia-ficción de la factoría de Hollywood: E. T., el extraterrestre, Encuentros en la tercera fase, Los Goonies (1985), de Richard Donner, La guerra de los mundos…, incluso con referencias a filmes desde Llegó del más allá (1953) de Jack Arnold, hasta Monstruoso (2008), de Matt Reeves, que producía Abrams; e incluso con desenfadadas apelaciones a La noche de los muertos vivientes y otros filmes de zombis, como si quisiera que no olvidáramos los fluctuantes límites entre el bien y el mal. Esto no es de extrañar dado que su productor es el gran Steven Spielberg, que domina los mejores ingredientes de este género, los que han jalonado nuestros sueños de juventud desde finales de los años 70. Aquí, Spielberg logra producir un trasunto más tenebroso de sus Goonies, un reverso no del todo oscuro.
El director, J. J. Abrams (Nueva York, 1966), se alimenta a su vez de ese cine explorador de lo misterioso y lo desconocido, que despuntaba y él contemplaba cuando tenía justamente la edad de los protagonistas de este film. Se nutre también de lo mejor que ya mostraba en su serie de culto Perdidos, en mi opinión demasiado sobrevalorada a partir de la segunda temporada pero que mantenía siempre una cierta dignidad en medio de su creciente exageración efectista, y en especial mantiene su rara habilidad para mostrarnos que los monstruos exteriores son a menudo solo el espejo de nuestros sueños y pesadillas. Y aquí supera alguna carencia anterior, pues es capaz de mostrarnos con poética contención en varias ocasiones la profundidad y complejidad de las emociones de unos pocos personajes bien elegidos.
Los intérpretes son excelentes, siempre creíbles en su contención y en sus medidos excesos, trabajando como un coro bien engrasado al servicio de la película. Los chicos, justo al inicio de su adolescencia y muy prometedores, bordan sus papeles, matizándolos con acierto y una cuidadosa elipsis. Y los mayores muestran un notable encaje en sus personajes, lo que era de esperar dada su veteranía: Kyle Chandler (Ultimátum a la tierra), Ron Eldard (Ghost Ship), Noah Emmerich (El show de Truman).
En suma, una película muy recomendable, enfocada al gran público, a mi juicio una de las mejores de este verano que ha ofrecido filmes por encima de la media veraniega de los últimos años, como si la crisis económica hubiera espoleado el ingenio creativo de los cineastas. Que dure.
Fuentes:
AA.VV. Wikipedia.
Bas, Borja. Vuelve el (buen) cine de los 80. “El País” (16-VIII-2011) 37-39.
Boyero, Carlos. Spielberg y Abrams: cóctel de lujo. “El País” (19-VIII-2011) 48.
Antonio Boix, Palma de Mallorca (29-VIII-2011).
No hay comentarios:
Publicar un comentario