Oblivion (2013), de Joseph Kosinski.
Oblivion (2013). EE UU. Género: ciencia-ficción. Duración: 126 minutos. Dirección: Joseph Kosinski. Intérpretes: Tom Cruise, Olga Kurylenko, Andrea Riseborough, Morgan Freeman, . Guión: Michael Arnst, Joseph Kosinski y William Monahan. Música: Anthony Gonzalez y M83. Fotografía: Claudio Miranda. Montaje: Richard Francis-Bruce.
Trama.
En una Tierra posapocalíptica, totalmente arrasada por una invasión extraterrestre sesenta años antes, los humanos han ganado pero apenas quedan supervivientes, que planean emigrar a Titán y con unos enormes colectores están vaciando los océanos de agua para fabricar hidrógeno y utilizarlo como energía de fusión. Dos humanos, el piloto Jack Harper y su compañera de comunicaciones Vica, gestionan una moderna estación de reparación de drones (máquinas vigilantes) en la Tierra, y son controlados a distancia por su superior Sally, que reside en Teth, una estación espacial. Todavía subsisten en la superficie unos invasores extraterrestres, llamados carroñeros (scavangers), que intentan destruir los drones y los colectores, y son un constante peligro para Harper, que intenta mantener la ilusión de que la Tierra es su hogar y tiene recuerdos de una misteriosa joven a la que conoció en el pasado. Un día una nave terrestre se estrella y Harper descubre que hay humanos supervivientes en hibernación, entre ellos la joven con la que soñaba. Los drones se acercan… y entonces comenzará una aventura de intriga, amor y sueños.
Crítica.
En el haber: una admirable factura técnica, un talentoso e inspirado diseño de imágenes impactantes y llenas de múltiples significados, y unas interpretaciones ajustadas, incluida la de un Cruise omnipresente que indiscutiblemente mejora con la edad, dejando aquí muy atrás sus excesos de juventud y algunas recientes incursiones seudocomerciales que es mejor olvidar.
En el debe: varios desaciertos en el argumento entre los que descuella el giro del enfrentamiento final, sorprendente y desconcertante, sí, pero inverosímil hasta gritar ¡basta!, a los que hay que sumar una frialdad excesiva en largas secuencias que debieran conmover y no lo logran, algún cameo irrelevante, y unos homenajes con sabor a nostalgia cinéfila que carecen de sentido en la historia, siendo el peor la persecución de las naves en plan La guerra de las galaxias, que ni siquiera están bien rodados y carecen de emoción.
¿Entretiene? Los espectadores no se aburrirán salvo que sus expectativas sean altísimas.
Ahora bien, si se considera la notable juventud del director, Kosinski, con solo 38 años, hay que reconocer que estamos ante una prometedor valor en ascenso, que puede alardear de un inusual dominio del cine-espectáculo. Habrá que seguir de cerca sus próximos proyectos.Pero hoy le falta dureza y desasosiego en la visión de la humanidad, carece de poesía en el retrato de un mundo agonizante y no alcanza la épica en el desenlace de la eterna lucha entre el bien y el mal.
¿El resultado final de la balanza? Una película mucho mejor de lo que se esperaba, pero que no entrará en la selecta lista de los clásicos del género.
Fuentes.
Costa, Jordi. La Tierra permanece. “El País” (12-IV-2013) 44.
Celis, Barbara. El nuevo niño de oro de la ciencia ficción en Hollywood. “El País” (12-IV-2013) 44.
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