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jueves, 1 de marzo de 2012

Matar a un ruiseñor (1962), de Robert Mulligan.

Matar a un ruiseñor (1962), de Robert Mulligan.

Matar a un ruiseñor (1962). To Kill a Mockingbird. EE UU. Filme en blanco y negro. Género: drama. Duración: 129 minutos. Dirección: Robert Mulligan. Intérpretes: Gregory Peck, Mary Badham, Brock Peters, Phillip Alford, John Megna, Frank Overton, Rosemary Murphy, Robert Duvall. Guión: Horton Foote, basado en la novela de Harper Lee. Música: Elmer Bernstein. Fotografía: Russell Harlan. Montaje: Aaron Stell. Produción: Alan Pakula.
Trama.
En los años 30 de la Gran Depresión, en una población del Sur, sumida en la miseria y el racismo, Atticus Finch, un viudo ejerce con amor y responsabilidad de guía para sus dos hijos, un niño y una niña que comienzan a conocer la vida. Finch, como abogado honesto e idealista, es el ciudadano más respetado de la ciudad y solo él se atreverá a defender a un negro injustamente acusado de violación de una joven blanca, pero aunque su inocencia es evidente la gente quiere venganza y no se espera otro veredicto posible que la culpabilidad y la muerte. Finch y su familia pagarán un alto precio por su compromiso con la justicia. ¿Pero acaso hay otra posibilidad si se quiere vivir con dignidad?
Opinión.
La única novela de Nelle Harper Lee (1926), publicada en 1960, y esta adaptación, apenas dos años después, triunfaron porque representaban justamente la mejor corriente idealista de una generación joven que se rebelaba contra el racismo y que tuvo en Kennedy su arquetipo. Una época en la que Vietnam no pesaba aún sobre los corazones y en que el amor a la verdad parecía que podría vencer sobre la oscuridad, pero que si ello no era así en todo caso era la única y hermosa opción digna.
Mulligan era un poeta armado con una cámara escrutadora y un guión medido hasta la excelencia, y resultó un filme maravilloso por su sereno lirismo visual, por su rotundo y sensible mensaje de compromiso contra el racismo y la injusticia, y que contiene la interpretación más portentosa de Gregory Peck, en un personaje paradigma de honestidad que definió su imagen para siempre. Atención al debutante Robert Duvall, que compone un personaje imprescindible, con breves pero potentes apariciones.
Fuentes.
[www.filmaffinity.com/es/film513636.html]
AA.VV. Wikipedia.
Altares, Guillermo. El sentido de la justicia. “El País” (25-II-2012) 40.

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