Brave (Indomable) (2012), de Brenda Chapman, Mark Andrews y Steve Purcell.
Brave (Indomable) (2012). Género: fantasía de dibujos animados. Duración: 100 minutos. Dirección: Brenda Chapman, Mark Andrews y Steve Purcell.
Se trata de una notable película de Pixar, centrada esta vez en una adolescente y feminista heroína escocesa que se enfrenta con gracia a la autoridad materna/paterna, con la acción sin mácula apropiada para el público infantil (los tres hermanos pequeños son un hallazgo, lo mejor en el aspecto cómico de la función), con las notas justas de amoríos incipientes pero sin príncipe azul para que los adolescentes también acudan al cine, y con la resabiada ironía y la gozosa invención visual que atraen a los mayores y les hace sentir que no les han tomado el pelo sino que han contemplado una creación no exenta de ambición estética.
Pero en mi opinión está un escalón por debajo de, por ejemplo, la maravillosa Enredados, porque le falta interés y emoción auténtica al guión y porque lo que podría ser una película transgresora en la crítica de la reproducción familiar de los valores conservadores se convierte a la postre en una reivindicación de ese mismo conservadurismo. Probablemente los cambios de dirección a media realización influyeron en esta deriva inexplicable.
Tampoco en el aspecto tecnológico alcanza la perfección, por dos motivos: en ningún momento la 3D parece necesaria, ni siquiera en la aparición de los fuegos fatuos o, lo único que sorprende un instante al público, cuando en una competición se arroja un objeto al aire; y, peor incluso, hay fallos evidentes en una docena de ocasiones en que la imagen se ve borrosa y el público sufre un leve efecto de mareo.
Pero en mi opinión está un escalón por debajo de, por ejemplo, la maravillosa Enredados, porque le falta interés y emoción auténtica al guión y porque lo que podría ser una película transgresora en la crítica de la reproducción familiar de los valores conservadores se convierte a la postre en una reivindicación de ese mismo conservadurismo. Probablemente los cambios de dirección a media realización influyeron en esta deriva inexplicable.
Tampoco en el aspecto tecnológico alcanza la perfección, por dos motivos: en ningún momento la 3D parece necesaria, ni siquiera en la aparición de los fuegos fatuos o, lo único que sorprende un instante al público, cuando en una competición se arroja un objeto al aire; y, peor incluso, hay fallos evidentes en una docena de ocasiones en que la imagen se ve borrosa y el público sufre un leve efecto de mareo.
Fuentes.
Internet.
AA.VV. Wikipedia.
Artículos.
Ayuso, Rocío. El cuento de hadas guerreras de Pixar. “El País” (8-VIII-2012)30-31.
Costa, Jordi. Autoafirmación pelirroja. “El País” (10-VIII-2012) 36.
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