El invitado (2011), de Daniel Espinosa.
El invitado (2011). Safe House. EE UU. Género: thriller de espionaje. Duración: 115 minutos. Dirección: Daniel Espinosa. Intérpretes: Denzel Washington, Ryan Reynolds, Vera Farmiga, Brendan Gleeson, Sam Shepard, Ruben Blades, Robert Patrick,Tim McGraw, Joel Kinnaman, Liam Cunningham. Guión: David Guggenheim. Música: RaminDjawadi. Fotografía: Oliver Wood. Montaje: Richard Pearson.
Trama.
Tobin Frost, un antiguo agente de la CIA, hoy agente libre, ve peligrar su vida en medio de una operación de alto riesgo y pide asilo en la embajada de Estados Unidos en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Será trasladado para su interrogatorio a un lugar aparentemente seguro, a cargo de un novato, el agente Matt Weston. Pero el refugio es asaltado, y Weston ha de huir con el prisionero mientras espera que sus superiores le ayuden a salvar sus vidas...
Opinión.
Javier Ocaña, en El poder de la información, “El País” (10-II-2012) califica al filme como interesante, pero no exento de fallos:
‹‹(…) Denzel Washington, que ejerce de productor y protagonista, enorme en carisma, recursos y capacidad para la pausa o el despliegue gestual, según las necesidades de la secuencia, Espinosa ha compuesto otro thriller global, esta vez cambiando las mafias por el espionaje, en el que la historia viene a poner al día la máxima de otro habitante de la cartelera cinematográfica, J. Edgar Hoover, exdirector del FBI: “La información es poder”. Estamos ante el chantaje y sus consecuencias en la era de Wikileaks.
El invitado es una película inequívocamente contemporánea. Aparente, pero, en el fondo, más superficial de lo que debiera. Así, aunque el viejo macguffin del microchip parece seguir vigente tropecientos años después de su invención narrativa, lo que más inquieta del relato es el retrato de los llamados “cuidadores profesionales”, espías al servicio de sus países, en estado prácticamente latente durante meses o años, y habitantes de pisos francos en las principales ciudades del mundo, adonde se lleva a ciertos detenidos, de forma ilegal, para sonsacar información privilegiada previa tortura. Puro siglo XXI.
Rodada con brío y elegancia, con una hermosa fotografía de textura con grano y colores muy saturados, El invitado se queda, sin embargo, a medio camino entre el puro entretenimiento y la denuncia política (una persecución y/o pelea de menos, y una conversación trascendente de más, hubiesen venido genial), lo que puede llevar a que no encuentre con facilidad a un público concreto. (…)››
Mi impresión es mucho más positiva. Para empezar, la reacción del público de la sala que me rodeaba fue muy transparente: la gente estaba atónita. A mi lado incluso lloraban de emoción a cada rato e incluso en algún momento gritaban ¡Sálvalo, no le dejes!, señales de una empatía con los personajes que han logrado pocas películas en los últimos tiempos.
El filme va creciendo con un ritmo implacable de las imágenes y el estupor por unas interpretaciones de rango superior, de un actor en un momento genial de su carrera, el excelso Wenzel Washington, y un Ryan Reynolds que ha mejorado mucho en su incipiente madurez, y que se quedan con todo el peso de la función.
Anida en este guión una crítica feroz a la razón de Estado que consume y aplasta a los individuos. Nos desgrana la miseria de los servicios secretos, el malestar existencial de sus servidores, la putrefacción de sus cloacas. Todo se nos muestra sin piedad, y nos sentimos involucrados con estos seres conscientes de que sólo les espera un destino trágico, aunque el director se apiade al final, demasiado abierto, tal vez preparando una segunda entrega. Y es que la película bebe con toda evidencia de la saga Bourne, que Espinosa ha estudiado, digerido y reinterpretado al modo en que Brian de Palma absorbía los filmes de Hitchcock. En resumen, El invitado es un filme trepidante y emotivo, lleno de sentido crítico, muy cuidado formalmente. Una obra mayor de su género.
Fuentes.Mi impresión es mucho más positiva. Para empezar, la reacción del público de la sala que me rodeaba fue muy transparente: la gente estaba atónita. A mi lado incluso lloraban de emoción a cada rato e incluso en algún momento gritaban ¡Sálvalo, no le dejes!, señales de una empatía con los personajes que han logrado pocas películas en los últimos tiempos.
El filme va creciendo con un ritmo implacable de las imágenes y el estupor por unas interpretaciones de rango superior, de un actor en un momento genial de su carrera, el excelso Wenzel Washington, y un Ryan Reynolds que ha mejorado mucho en su incipiente madurez, y que se quedan con todo el peso de la función.
Anida en este guión una crítica feroz a la razón de Estado que consume y aplasta a los individuos. Nos desgrana la miseria de los servicios secretos, el malestar existencial de sus servidores, la putrefacción de sus cloacas. Todo se nos muestra sin piedad, y nos sentimos involucrados con estos seres conscientes de que sólo les espera un destino trágico, aunque el director se apiade al final, demasiado abierto, tal vez preparando una segunda entrega. Y es que la película bebe con toda evidencia de la saga Bourne, que Espinosa ha estudiado, digerido y reinterpretado al modo en que Brian de Palma absorbía los filmes de Hitchcock. En resumen, El invitado es un filme trepidante y emotivo, lleno de sentido crítico, muy cuidado formalmente. Una obra mayor de su género.
Belinchón, Gregorio. El día en que Denzel Washington dijo ‘no’ a Davidi Fincher en ‘Seven’. “El País” (1-II-2012) 38.
Belinchón, Gregorio. Un sueco en la corte de Hollywood. “El País” (1-II-2012) 38. La aventura norteamericana del director sueco Daniel Espinosa (Santiago de Chile, 1977).
Ocaña, Javier. El poder de la información. “El País” (10-II-2012) 44.
Marinero, Francisco. Perseguidos sin tregua. “El Mundo” La Luna de Metrópoli nº 407 (17-II-2012) 4. Critica en El invitado un guión inverosímil.
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